EL PORQUÉ DE ESTE TEXTO.
Desde el sesgo de la visión un tanto lejana, por las fechas de defensa de la tesis doctoral y con ello, haber concluido hace tiempo ese largo y seguramente, en exceso, sinuoso recorrido, se pretende aportar desde las experiencias predoctorales una serie de consejos para la reflexión y mejora concreta de este proceso, que genere un mejor bienestar a todos los talentos que se implican y quieren implicarse en un desarrollo doctoral.
Se trata, en suma, de una contribución constructiva para doctorandas y doctorandos, para graduados que quieren llegar a defender una tesis doctoral, con lo que conlleva, de aplicación, aceptación, selección de tutores (ojalá, mentores), investigación e innovación, publicaciones, estancias… y defensa, al fin, con calificación correcta.
La clave se sitúa en la elección de un área por convicción personal y que sirva para desarrollar diferentes recorridos profesionales a futuro, tanto de investigación, académicos, profesionales como tal (instituciones, empresas) o híbridos. Y como segundo paso, la selección/asignación de un talento supervisor “…con una carrera académica contrastada, que entienda tu propuesta y la metodología que pretendes utilizar, y que entres en un programa en el que te formen lo mejor posible en todas las cosas en las que tengas lagunas que pueden ser útiles cubrir para el futuro…” (Pedro Rey Biel, dixit). Se puede añadir, que te respete y sea honesto durante todo el proceso y, más allá, aconsejándote para no perderte en el camino, dirigiéndote a los más rectilíneos o al menos, los mejores pisables: en resumen, encontrar unos directores de tesis que se conviertan en mentores.
EXPERIENCIAS DESDE LAS QUE APRENDER Y DESDE LAS QUE MEJORAR.
Podemos partir de las experiencias seguramente extremas, en negativo, para aprender de ellas y mejorar. Por ejemplo, y para un plazo aproximado de cinco años trabajando en tu tesis, valoremos los pasos: matrícula, tiempo, cursos, de forma parcial o con dedicación completa, búsqueda de becas, de ayudas (financieras), de tiempo para publicar e impartir docencia, de… Si al final de ese recorrido y cuando acudes a depositar la tesis, la persona en la que has confiado todo ese tiempo, con la que has cumplido todas y cada una de sus “instrucciones” te dice, “nunca defenderás una tesis en este departamento”, en ese momento sientes el vacío bajo tus pies. Y te vas, para no regresar. ¿Cuál era su agenda oculta por la que te ha robado tanto tiempo vital y te ha destruido incluso sentimentalmente hablando?
En general no te recuperas y abandonas. O si persistes, el camino es considerablemente pedregoso y sinuoso, siempre en una posición profesional de “zapador”, abriendo trincheras y el camino de tu marcha, solo para defenderte.
Otra experiencia negativa parte de la falta de honestidad y transparencia de un director/a de tesis. Cuando lleva más de un lustro sin publicar nada y, de repente, tiene la posibilidad de dirigir una tesis, los incentivos a que el alumno/a se matricule en el programa de doctorado bajo su supervisión son cuanto menos perversos. No le dice que tiene el sexenio de investigación “muerto”, ni le da su contacto (aunque sea público), ni le dice que pertenece a un “grupo de investigación” con otros profesores que sí cumplen los requisitos básicos que debería tener un director/a de tesis (al menos para optar a financiación) y deja que pase el tiempo a sabiendas de que el alumno/a no dispone de recursos económicos para financiarse los estudios de doctorado. Todo ello contribuye a un enfado crónico durante la etapa predoctoral, e incluso genera problemas físicos y psicológicos más allá de la lectura de la tesis, tras un cierre para su defensa más que tedioso, en el que el doctorando/a tuvo que realizar un trabajo que no le correspondía, como es la búsqueda de evaluadores externos para su tesis, lo que acrecienta la desazón y el malestar, así como la tensión ante la deshonestidad.
UN DECÁLOGO DE CONSEJOS.
Tienes “un tema, una idea, una innovación sobre la que quieres investigar e incluso, patentar y producir”. De acuerdo, pero este tema de investigación, con el proyecto de trasladarlo a una tesis doctoral, debes encuadrarlo. Y para ello, estos consejos:
- Selecciona un área/departamento de tu interés, por el que sientas realmente que quieres estar ahí, con un objetivo profesional a largo plazo, también apoyado en el hecho de ser doctora o doctor (“¿dónde quiero estar en 5-10 años tras defender la tesis?”).
- Investiga sobre quiénes desempeñan la función de tutoras-tutores/directoras- directores de tesis, incluso de forma cualitativa (“pregunta” a sus compañeros de departamento, a antiguos alumnos, a sus coautores, a investigadores relacionados con su área de investigación – por ejemplo, busca en asociaciones como AES personas que te puedan hablar de tu potencial director/a de tesis) para tener una imagen lo más completa posible sobre la persona con la que te vas a relacionar durante, factible, al menos cinco años.
- Averigua si tu potencial directora o director de tesis dispone de una red de contactos sólida y adecuada que te permita progresar, estar involucrada/o y conectada/o en la realidad científica de tu área de interés, y si es activo/a en la investigación que te interesa realizar (¿cuándo ha publicado por última vez? –si ha sido hace más de cinco años, mala señal- ¿en qué tipo de revistas publica?, ¿publica en revistas relacionadas con tu área de interés?, ¿dispone de un sexenio vivo de investigación? –esto es importante si quieres obtener un contrato predoctoral).
- Conoce bien los plazos de cada universidad para realizar la aplicación y, si los hay, qué méritos requieren, para posicionarte bien. Lo mismo con los contratos predoctorales si no tienes un trabajo para financiarte tus estudios. Asegúrate de que el lugar que has elegido y tu director de tesis cumplen con todos los requisitos.
- Tras la selección y, asignación de tutor, preséntate, primero por correo electrónico, pero siempre buscando la reunión presencial para mostrar “tus cartas”: sobre qué quieres investigar, por qué la has elegido como tutor/a, qué objetivos profesionales pretendes alcanzar.
- Valora la predisposición del tutor y, pacta unos plazos de tutorización: cómo contactar (vía email, telefónica, RRSS…), cómo reunirse (tiempos, horarios), qué quiere que se le vaya presentando… para generar un proceso ágil donde se haga ganar tiempo para ambas partes.
- Realiza un cronograma vivo, actualizado, con los plazos pactados con tu tutor y, con los plazos oficiales de la Universidad, para la permanencia en el programa de doctorado.
- Sé realista contigo mismo. Sé paciente. Sé respetuoso/a y elegante en tu trato con los demás (miembros del departamento, de empresas colaboradoras, de la Universidad, de otras instituciones y organizaciones, locales e internacionales), colaborativo y cooperativo, gestando las mejores alianzas posibles para tu institución, pero también, para ti.
- Antes de matricularte en el programa de doctorado, busca en la página web de la escuela de doctorado de la universidad/institución donde te gustaría hacerlo, el contacto de varios alumnos de doctorado (actuales y antiguos) para que te hablen de su experiencia. En caso de no disponer de dicha información, pide a la escuela de doctorado dichos contactos (con su consentimiento previo, por supuesto). Que no te hablen solo de tasas de éxito y del abanico de posibilidades que se te va a presentar tras la finalización de la tesis. Contar con el testimonio real de varios alumnos/as es importante para tomar la mejor decisión.
- Investiga sobre si el programa de doctorado en el que te gustaría matricularte ofrece formación periódica y adecuada a tus intereses, y de qué manera se trata a los doctorandos. Es decir, es importante conocer si los doctorandos disponen de un espacio de trabajo, se les tiene en cuenta en la organización de eventos científicos, cómo se resuelven posibles disputas en la relación director-doctorando, si existe algún programa de apoyo psicológico durante su formación doctoral, etc.
CONCLUSIONES.
Para lo arduo del camino doctoral es significativo valorar cómo en general no se quiere recordar ese período vital de dedicación a la tesis doctoral (subjetivamente hablando; y para evidenciar este aspecto se debe poner en marcha un proceso de investigación cualitativa al respecto para generar la publicación académica correspondiente). Pero entre estas trayectorias predoctorales, como estadísticamente toca, hay recorridos felices y otros realmente penosos que llegan a durar varios lustros, siendo un “éxito” si se produce la deseada defensa final y, con resultado mínimo (generalizado) de “cum laude”.
Con todo, hay que volver la vista para analizar quiénes se quedaron en el camino, quiénes ni siquiera se atrevieron a aplicar para ser seleccionados en un programa de doctorado y quiénes a pesar de ese éxito y aprovecharlo para su vida, personal y profesional, siguen recordando con cierta amargura, como mínimo, el porqué de ese camino.
Se intenta con esta aportación, precisamente allanar y alumbrar, el camino hacia la consecución del título de doctora/doctor.
Referencias:
Corcelles, M.Cano, E.Liesa, G.González-Ocampo & M.Castelló(2019)Positive and negative experiences related to doctoral study conditions,Higher Education Research & Development, 38:5, 922-939.
Lynn McAlpine & Judith Norton (2006) Reframing our approach to doctoral programs: an integrative framework for action and research, Higher Education Research & Development, 25:1, 3-17.
Rey-Biel P. (2022). Consejos para aprovechar un doctorado en Economía. Nada es gratis. (https://nadaesgratis.es/pedro-rey-biel/consejos-para-aprovechar-un-doctorado-en-economia, accedido 10 En 2024).