El futuro de la economía de la salud y, de AES: ¿debemos decir un “hasta el infinito y más allá”?

 

1. Una breve perspectiva histórica, actualizada.

Han pasado 40 años. ¿Demasiados o pocos? Somos positivos, pocos, y una cantidad correcta para presentar un histórico destacable que ha experimentado cambios de interés con las transferencias de las competencias a las comunidades autónomas (1981-2001, con su serie de R.D. que culmina en el R.D. 1480/2001), la Ley General de Sanidad, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), la Ley de Salud Pública y otras referencias legislativas, así como con épocas de mejor o menor relieve económico-social e incluso etapas pandémicas. Pero siguiendo el argot profesional sanitario y centrados en la “familia AES” (Asociación de Economía de la Salud, para nuevas personas lectoras), ¿estamos igual, mejor o peor?

Empezamos por la respuesta a la cuestión del título: sí, estamos mejor y por ello “hasta el infinito y más”, sin dudas (y con el añadido de la cita para Eliot). Reconociendo el sesgo sobre ese sí por la pertenencia del equipo autor a AES y, digámoslo, por la pasión por la economía de la salud (extensivo a la masa social de AES desde luego), esta insignificancia de sesgo personal comparada con la evolución misma de la economía de la salud y de la propia AES en estas décadas, las asientan global y localmente como mínimo en un contexto de crecimiento con una imagen de respeto y de confianza social, profesional y seguramente también, política.

Si tomamos la perspectiva de 40 años (más 2, realmente, pero tomaremos esa redonda primera cifra para este contexto) como hechos históricos relevantes para la economía de la salud y para AES, disponemos desde el hito en 1980 al iniciarse la actividad de la “Asociación de Economía de la Salud” (primeras Jornadas en Barcelona con constitución formal en 1985: ver “Un breve vistazo a la AES – Noticias de la AES” en el “Boletín AES nº 1”; por cierto, es interesante “conocer” y cantar en las Jornadas, dicho sea en serio, el “Himno del Economista de la Salud”), para encontrarnos a mitad de camino con una referencia clave en el desarrollo de la Economía de la Salud (Fuchs, 2000) y en ese mismo año, 2000, la publicación de un documento compartido por nuestro Lluís Bohígas presentado en las XX Jornadas AES de Palma de Mallorca y titulado “De las primeras a las veintavas jornadas de economía de la salud”.

Y seguimos de veinte en veinte: en 2020, la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) otorga un nuevo impulso al refundar el “Consejo sobre la Economía de la Salud para Todos” (“WHO Council on the Economics of Health For All” y noticias de la OMS 13/11/2020 y 26/10/2021), reavivando el interés por la economía de la salud en esta (desgraciada) época COVID. Una influencia renovada que estamos convencidos se alargará en el tiempo, más allá de las influencias por hechos pandémicos: tratan de “reorientar radicalmente el rumbo con el fin de que la salud deje de estar al servicio de la economía y de que la economía apoye la salud para todos; el reto fundamental consiste tanto en aumentar la magnitud de la financiación disponible para la salud como en administrarla de forma más eficaz y con una orientación más clara”.

En esa evolución temporal predominan las “Jornadas”, con una apertura interdisciplinar, multiprofesional, multicultural: cuántas personas de relevancia, académica, social, política… han pasado por ellas y permanecen en AES gracias a ellas. Entre todas las Jornadas se ha gestado el devenir de la propia AES. Aquí no realizaremos un listado, por temor a no ser correctos o mejor dicho, perfectos, exhaustivos. Académicos globales, gestores, ministras y ministros… Se ha repetido alguna sede (Barcelona, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Valencia) incluso en Lisboa se han organizado (¿unas próximas y conjuntas Jornadas APES – AES?), pero la voluntad itinerante de AES para sus Jornadas la han llevado a Zaragoza (1999 y 2022), Albacete, Murcia, Granada, Pamplona, Santander, Bilbao, Mallorca, Málaga, Salamanca, A Coruña, Toledo, Cádiz, Palma de Mallorca, Vitoria, Santiago de Compostela… hasta en formato “online” hemos tenido. No dejemos de lado tampoco la aventura extraordinaria, seguramente irrepetible por el considerable esfuerzo y sacrificio que conllevan, de las Jornadas conjuntas con la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), la última en 2017 con el entorno de Barcelona y la Universitat Pompeu i Fabra. A modo de invitación, aún queda alguna comunidad autónoma por disfrutar sus ”Jornadas AES”.

Pero AES desde hace ya tiempo no es solo sus Jornadas: los grupos de interés que acogen a componentes de AES con un área profesional de utilidad (el primero, en 2011, con EvaluAES y posteriormente EEConAES, GestionAES y a quiénes se ha unido AESEC, socias y socios en formación en el ámbito de la economía de la salud), las “Jornadas Técnicas” previas a las “Jornadas AES” con un tema monográfico de interés, o una publicación como el “Boletín AES” ya en su nº 100 o, el propio “Blog AES” donde tienen cabida socias y socios de AES así como profesionales interesados en participar, gestionado por un equipo editor (actualmente Cristina Hernández-Quevedo y Jorge Mestre-Ferrándiz). O la participación en las redes sociales: Twitter (@AesEconSalud), LinkedIn o Youtube. O las colaboraciones profesionales surgidas para una convocatoria competitiva, el desarrollo de un artículo o una comunicación científica o, acceder de forma altruista a participar en un programa de mentoría en economía de la salud (denominado “Carlos Campillo”, en reconocimiento a nuestro “Campi” (AES, Ricard M.-Gaceta Sanitaria, JMPomar).

Amplios y allanados caminos para seguir creciendo y mejorando.

2. La autocrítica.

Y ahora, por fin en Zaragoza “cantaremos las cuarenta” con “aciertos y autocrítica” como ya bien indicaba Lluís Bohígas en su alocución para Mallorca-2000. Y fijaos, advertía: “tenemos problemas de equidad, eficiencia y calidad. A la Economía de la Salud le queda un futuro lleno de mucho esfuerzo y trabajo para ayudar al sector sanitario a mejorar. Nuestro objetivo ahora es la salud y la calidad de vida de la población en el siglo XXI”. ¿Los seguimos manteniendo? O en la última década ¿se han agrandado, parecía que se reducían y han vuelto a empeorar en esta todavía “época COVID-19”?

Participamos continuamente: hemos tenido aciertos y menos aciertos, por supuesto, pero todos ellos vividos siempre de una forma altruista (hay que decirlo, pues parece que a algunos sectores externos y al mundo actual se le olvida con demasiada frecuencia), colaborativa, cooperativa, brindando incluso el tiempo vital para mejorar la economía de la salud y a la propia AES, pero los problemas globales sobre la salud siguen visualizándose como los mismos, acuciados ahora por “pandemias” y “guerras” (“como siempre”) y que debe hacer redoblar los tambores por “el fomento del conocimiento y del debate sobre la economía de la salud, contribuyendo al análisis y a ofrecer argumentos que permitan mejorar el nivel de salud y de los servicios de atención sanitaria” (“misión” de AES), partiendo desde el “aportar conocimiento que permita influir en la toma de decisiones, contribuir a generar una cultura de evaluación (añadir aquí: “qué mejor que un HispaNICE”), estimular el interés por la Economía de la Salud, potenciar la excelencia en la formación y la investigación y, posicionar a AES en escenarios internacionales” (su “visión”), con un “beneficio social, participación, democracia, confianza y diálogo, transparencia, igualdad de género y, conocimiento” (sus “valores”).

¿La autocrítica para seguir mejorando? Desde el seno de AES debemos saber generar la emoción suficiente como para atraer a personas interesadas por la economía de la salud, especialmente profesionales noveles, y motivados por una pertenencia altruista a una Asociación carismática.

En esta línea la generación de alianzas (saliendo de los convenios con entidades hermanas) con otras asociaciones científicas y de ciudadanía, que funcionen realmente en el día a día más allá de una firma simbólica, es un acicate para mantener y enriquecer con otras visiones la generación de cooperación sobre la economía de la salud.

Esta parte de mejora interna no deja de lado la externa: por un lado, se debe objetivar mejor de cara al mundo profesional, político y social, los límites de la aportación desde la Economía de la Salud como un instrumento del sector de la salud. Se han realizado interesantes e intensos esfuerzos en perfeccionar la evaluación económica de las políticas sanitarias (léase de nuevo “HispaNICE”) que vale la pena afianzar y explicar de forma llana y convincente a todos los agentes participantes. Por otro lado, la evidencia científica o la medida de la calidad de vida o la propia racionalidad y los criterios racionales en la toma de decisiones, incorporados al sector sanitario sin imposición pero sí, con convicción.

Y con el esfuerzo realizado nos puede faltar cierto empuje: apuntalamos desde la pertenencia a SESPAS la creación de la “Agencia Estatal de Salud Pública” (SESPAS-1, SESPAS-2-Gaceta Sanitaria), pero no hemos conseguido ese apoyo firme para la creación de una “Autoridad Independiente de Evaluación de Prácticas y Políticas Sanitarias” (de nuevo, tipo “HispaNICE”).

Si seguimos con lo realizado, participar en la acción sobre objetivos de desarrollo sostenible y determinantes sociales de salud, vulnerabilidad social, crisis macroeconómicas… Desde los inicios de AES hemos trabajado “codo con codo” con los agentes de la Salud Pública, participando como socia fundadora de SESPAS en 1985 y de The European Public Health Association (EUPHA) en 1992. Participamos en los “Informes” y en los “Posicionamientos” de SESPAS y en sus cuestiones específicas, aportando la visión de la economía de la salud. ¿Debemos gastar más, debemos optimizar lo que tenemos, cómo mejorar la posición de la atención primaria, puesta en marcha de fármacos y productos sanitarios así como su seguimiento, recursos sanitarios y sociosanitarios, previsión de las necesidades de la ciudadanía, previsión profesional, o del gasto sanitario y, del coste? Abogando por una cultura de transparencia y rendición de cuentas, de buen gobierno, para la mejor gestión de los recursos públicos.

En suma, el objetivo se mantiene: apoyamos a la ciudadanía, a representantes sociales, de consumidores y de pacientes, a instituciones y organizaciones, a directivos, a políticas y, a políticos, delante de la economía de la salud.

3. El futuro (no tan lejano).

Con todo, AES desde sus Jornadas de 1980, ha reflexionado, madurado y aprendido incluso de las críticas que en general, han sido constructivas: el fomento del conocimiento y del debate sobre la economía de la salud, contribuyendo al análisis y a ofrecer argumentos que permitan mejorar el nivel de salud y de los servicios de atención sanitaria aunando posiciones académicas (docentes, investigadoras e innovadoras) que apoyen las tomas de decisiones de las posiciones gestoras (nivel meso de gestión) y profesionales (nivel micro y, nano, por JR. Repullo) y, no nos olvidemos de las políticas (macro) ni de la social (que paga con sus impuestos, como todas y todos): cooperar con ellas, ofreciendo de forma llana y continua la visión teórica con el estar “práctico”, cotidiano, de la organización sanitaria y de su uso, social (individual y colectivo) y, profesional.

Reduciendo presión, indecisión y, riesgo, en el uso de los recursos sanitarios dedicados a la atención sanitaria. Y para la parte de las y los economistas de la salud, como ya nos dejaba caer Fuchs (2000), “cualquier economista (y son mayoría en AES, pero sin comprender toda la masa social por esa apertura desde sus inicios a otras profesiones y, profesionales, de las ciencias sociales y de las ciencias de la salud) que sea serio en economía de la salud, debe aprender mucho sobre tecnología en servicios de salud e instituciones”, debemos mejorar el conocer la realidad del funcionamiento cotidiano de las organizaciones sanitarias en sus diferentes niveles de gestión.

AES representa una “fórmula mágica” (cocinada durante estos últimos ocho lustros por magníficos “druidas” depositarios del saber sagrado y profano que han inculcado a cientos de talentos) que debe seguir mejorando para seguir atrayendo talentos interesados en la economía de la salud y ampliar, especialmente en calidad, su “masa social” y, obrar un “gran poder sanador” para gestores, académicos, políticos y ciudadanía, implicados siempre, en general sin saberlo, en la economía de la salud, unas veces de forma teórica y otras, de forma más práctica.

 

Referencias (principales):

 

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2 ideas sobre “El futuro de la economía de la salud y, de AES: ¿debemos decir un “hasta el infinito y más allá”?”

  • Guillem López Casasnovas UFP
    • Sergio García Vicente