Tesis doctoral defendida el 9 de julio de 2018 en el Departamento de Economía, Econometría y Finanzas de la Universidad de Groninga, dirigida por el Profesor Rob Alessie (Universidad de Groninga, Países Bajos), la Doctora Viola Angelini (Universidad de Groninga) y la Doctora Talitha Feenstra (Centro Médico Universitario de Groninga). Obtuvo la mención honorífica a una de las tres mejores tesis defendidas en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad durante el año 2018. Tribunal: Ruud Koning (Universidad de Groninga), Caroline Baan (Universidad de Tilburg) y Hans-Helmut König (Universidad de Hamburgo).
Resumen
Esta tesis tiene como objetivo abordar la carga relacionada con la diabetes entre la población de mayor edad, no sólo por el análisis de la utilización de recursos sanitarios tradicionales y sus costes asociados, sino también otros costes evaluados con menor frecuencia, tales como los gastos de residencia, y el impacto de la diabetes en la calidad de vida y las actividades productivas. Además, pretende aportar a la literatura mediante la inclusión en el análisis no sólo de las complicaciones clínicas, sino también del deterioro funcional.
En el primer capítulo, se utilizaron dos bases de datos para examinar la asociación entre los costes sanitarios totales y el control de la glucosa incurridos por las personas con diabetes, pero no necesariamente debidos a la diabetes. Además, se exploraron los posibles efectos de cohorte por diagnóstico de la diabetes y la modalidad del tratamiento. Una de las bases de datos utilizadas, Vektis, contiene datos sobre el reembolso de todos los tratamientos médicos pagados por las compañías de seguros holandesas dentro del paquete de seguro obligatorio, incluyendo los costes deducibles obligatorios. La segunda base de datos empleada, ZODIAC, incluye información clínica de sujetos dentro del proyecto para pacientes ambulatorios del programa de Cuidado Integrado para la Diabetes en Zwolle, provincia al norte de los Países Bajos. Así, se obtuvieron 211.484 observaciones tras juntar las dos bases desde el año 2008 hasta el 2011. Seleccionando los individuos con seguimiento completo durante el período, sin valor perdido en ninguna de las variables del análisis y todavía vivos en 2011, se redujo la muestra hasta las 22.612 observaciones (5.653 individuos). Se emplearon modelos lineales con efectos aleatorios, tomando como variable resultado el logaritmo de los costes totales sanitarios de personas con diabetes.
Así, el control de la glucosa se asoció significativamente con mayores costes de atención de las personas con diabetes, aunque su impacto en los costes está mediado por la modalidad de tratamiento de la diabetes. Otro hallazgo importante es que la relación positiva de los años con diabetes con los costes totales aumenta cuando se añaden los efectos de cohorte, siendo mayor su efecto sobre los costes sanitarios totales. Además, sin incluir estos efectos de cohorte, el umbral de tiempo desde el diagnóstico para el que los costes siguen aumentando se situaba en los 25 años, disminuyendo después. Sin embargo, cuando se incluyen efectos de cohorte por año de diagnóstico, dicho umbral se retrasa diez años, hasta los 35 años de duración de la diabetes.
El segundo capítulo aborda el papel de la diabetes y una lista de complicaciones clínicas y funcionales como predictores del ingreso (y su gasto) en residencia en personas mayores de 50 años de edad a partir de datos de la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE). SHARE es un estudio longitudinal que incluye información sobre la salud, el estatus socioeconómico y las redes familiares de una muestra representativa de más de 120.000 personas mayores de cincuenta años en la comunidad. Se utilizaron datos correspondientes a tres oleadas diferentes: oleada 1 (año 2004), oleada 2 (año 2006-07) y oleada 4 (año 2010), y a doce países europeos, conformando la muestra final 90.589 observaciones. Los datos relativos a los gastos totales de institucionalización por país se tomaron de la base de datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para los años de la encuesta (2004, 2006, 2007 y 2010). Tomando los coeficientes estimados en el modelo logit sobre la probabilidad de estar en una residencia, se calcula la fracción etiológica para cada una de las complicaciones (clínicas y funcionales). La fracción etiológica es la proporción adicional de uso de recursos sanitarios debido a una condición médica, en este caso, la diabetes, que podría ser atribuible a dicha enfermedad de acuerdo con el estado de la diabetes y la probabilidad de tener diabetes. Por último, estas fracciones, combinadas con los gastos específicos de cada país provenientes de la OCDE, se emplean para la estimación de los costes atribuibles a la diabetes y otras enfermedades crónicas y el deterioro funcional.
Los resultados confirman que la diabetes está positiva y significativamente asociada con la institucionalización de personas mayores, aunque su efecto disminuye especialmente cuando se introduce el estado funcional, señalando hacia un efecto mediador de esta variable respecto a tener diabetes. Además, el efecto del deterioro funcional sobre el riesgo de institucionalización es dependiente de la edad, aumentando el riesgo de admisión en residencia con el envejecimiento de los individuos. Los costes totales promedio de residencia llegaron a suponer $12,66 per cápita al año en la población general (independientemente de tener diabetes o no y de estar institucionalizados o no) de todos los países considerados, siendo el deterioro funcional responsable del 78% del total de los costes derivados de la institucionalización de personas con diabetes. El carácter sustancial de la situación funcional también se confirma cuando se hace el análisis por país.
En el tercer capítulo, usando también datos de SHARE, se analiza la relación entre la diabetes y dos medidas de actividades productivas: problemas de salud que provocan miedo a estar limitado en el trabajo para las personas mayores todavía en edad laboral (50 a 65 años) (53.631 observaciones) y realizar actividades de voluntariado para las personas de 65 y más que ya están jubilados (45.384 observaciones). Para este análisis, se usan datos de las oleadas 2, 4 y 5, correspondientes a los años 2006/07, 2010 y 2013, respectivamente, y once países europeos. Igual que en el capítulo anterior y teniendo en cuenta que se trata de datos de panel, se utilizaron regresiones logísticas con efectos aleatorios para la probabilidad de los dos outcomes analizados.
Tener diabetes se asocia significativamente con actividades productivas en los adultos mayores, tanto en actividades remuneradas como no. Sufrir diabetes aumenta la probabilidad de que las personas de entre 50 y 65 años sientan miedo a que su estado de salud limite el tipo o la cantidad de trabajo que pueden realizar. Dicho temor, además, aumenta en la muestra total durante los años posteriores a la crisis (2010 y 2013). Sin embargo, para las personas con diabetes, la probabilidad de tener miedo a que la salud limite el trabajo aumenta significativamente en el año 2010, pero no tiene efectos significativos en el año 2013. Este resultado podría estar impulsado por los efectos negativos derivados de tener diabetes junto con el hecho de que la crisis económica golpeó más fuerte en los primeros años, derivando en un mayor temor de que la salud limite el rendimiento del individuo en el trabajo sólo al principio. Con respecto a la participación como voluntarios de las personas mayores de 65 años, la diabetes reduce la probabilidad de hacer voluntariado en comparación con aquellos sin diabetes, así como la frecuencia de la realización de dicha actividad. En la población total, la probabilidad de hacer obras de caridad aumenta en el año 2010, disminuyendo posteriormente en el año 2013, aunque manteniéndose por encima de los niveles iniciales de 2006/07. No hay efectos significativos del año en personas con diabetes.
El cuarto y último capítulo pretende investigar la relación entre la calidad de vida relacionada con la salud y la diabetes, añadiendo no sólo las complicaciones clínicas, sino también el síndrome de fragilidad. El análisis se realizó utilizando datos del Estudio Toledo de Envejecimiento Saludable, un estudio longitudinal que contiene información sobre, entre otras variables, la condición socioeconómica, las redes familiares, la salud y el estado funcional, calidad de vida (EQ-5D-3L) y el uso de los recursos sanitarios en la población mayor de 65 años de la provincia de Toledo, España. Los datos utilizados se refieren a 2.933 observaciones (2.156 individuos) de las dos primeras oleadas: la oleada 1 (de 2006 a 2009) y la oleada 2 (2011-2013). Se emplearon modelos de regresión lineal con efectos aleatorios.
Los resultados confirman que la diabetes se asocia con una menor calidad de vida en las personas mayores, en comparación con personas sin diabetes, aunque su efecto disminuye cuando se incluyen las complicaciones clínicas relacionadas con la diabetes. Pero, si las diferentes categorías del síndrome de fragilidad son parte del análisis, la diabetes ya no se asocia significativamente con la calidad de vida. Cuando se comparan la población con diabetes con aquellos sin diabetes, la fragilidad supone un mayor y más negativo impacto en la calidad de vida en las personas con diabetes.
Los resultados anteriores son relevantes para las autoridades públicas y demás responsables con el fin de apoyar posibles pautas para la prevención y control de la diabetes en personas mayores. Así, como recomendaciones políticas derivadas de esta tesis, se encontrarían: 1) el papel clave del estado funcional al estimar el impacto (económico o no) de la enfermedad en las poblaciones mayores; 2) el adecuado enfoque para el control y manejo de la diabetes en personas mayores; y 3) promover un envejecimiento activo y saludable para reducir el impacto negativo de enfermedades crónicas altamente prevalentes en este grupo poblacional, como es la diabetes mellitus.