Una aproximación económica al estudio de los determinantes de la esperanza de vida de las naciones: un análisis con estimadores de datos de panel dinámicos
Manuel Alfredo Cortés Mira Departamento de Economía, Métodos Cuantitativos e Historia Económica Universidad Pablo de Olavide de Sevilla Email: macormir@admon.up.es
Tesis doctoral defendida el 10 de Diciembre de 2015 en el Departamento de Economía, Métodos Cuantitativos e Historia Económica de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, dirigida por Diego Romero de Ávila Torrijos (Universidad Pablo de Olavide). Obtuvo la calificación Sobresaliente Cum Laude. Tribunal: Carlos Usabiaga Ibáñez (Universidad Pablo de Olavide), María Ángeles Caraballo Pou (Universidad de Sevilla) y Manuel Vaquero Abellán (Universidad de Córdoba).
Resumen
Este estudio de investigación tiene dos objetivos fundamentales. El primer gran objetivo consiste en la estimación de funciones de producción de esperanza de vida media de las poblaciones de un grupo homogéneo formado por 21 países industrializados, todos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) durante el periodo 1960-2011. Para ello, a diferencia de la mayoría de estudios sobre este tema, no solo se consideran las medidas de gasto sanitario y los niveles de renta como variables explicativas de la esperanza de vida, sino que también se incluye un amplio espectro de factores socioeconómicos y medioambientales como la distribución por edad de la población, el porcentaje de recaudación pública sobre el PIB, el crecimiento de la población, y una serie de medidas relativas a los hábitos y estilos de vida como el consumo de tabaco y de alcohol, la ingesta de grasas y la de frutas y verduras.
En el análisis se estiman funciones de producción de la esperanza de vida al nacer, a los 40 años y a los 65 años de edad, para toda la población y también separando por sexo sobre la base de una amplia selección de factores potenciales que pueden afectar al nivel de salud medio de la población de países industrializados. Con este fin, se han empleado técnicas de datos de panel basadas en el método generalizado de los momentos que permiten controlar la posible endogeneidad de muchas de las variables explicativas incluidas en el modelo mediante el uso de variables instrumentales consistentes principalmente en los valores retardados de las variables supuestamente endógenas.
Los resultados del estudio apuntan a lo siguiente. Por un lado, existe evidencia clara del efecto positivo del nivel de renta y del gasto sanitario sobre la esperanza de vida, resultado que se mantiene generalmente para toda la población y para hombres y mujeres considerados separadamente. Respecto a los factores que tienen que ver con los estilos de vida, solamente se encuentra evidencia clara de que el consumo nocivo de alcohol reduce sustancialmente la esperanza de vida en aquellos individuos que lo consumen. Este resultado igualmente se mantiene robusto para toda la población y cuando separamos hombres y mujeres, y se reduce con la edad a la cual se mide la esperanza de vida, lo que indica la mayor incidencia del consumo de alcohol en la población joven y de mediana edad. También se encuentran evidencias, pero mínimas, que relacionan el consumo nocivo de tabaco, la ingesta de grasas, frutas y verduras con la esperanza de vida, lo cual podría deberse a que el estudio se ha realizado con una muestra relativamente pequeña de países, que podría carecer de validez universal.
El segundo gran objetivo de esta tesis consiste en la estimación de una función de producción agregada estándar a la cual se añade, sobre la base de la teoría económica, un componente relacionado con el estado de salud medio de las poblaciones como medida del stock de salud para un conjunto de 21 países industrializados de la OCDE durante el periodo 1960-2011. La inclusión del estado de salud en una función de producción agregada bien especificada viene justificado por el hecho de que una población con mejor estado de salud es más productiva, puede trabajar un mayor número de horas y ganar mayores salarios que una población menos saludable.
El método de estimación conlleva el uso de estimadores basados en el método generalizado de los momentos para paneles dinámicos. Asimismo, el análisis se lleva a cabo con los datos promediados cada cinco años, para reducir la posible incidencia de la causalidad inversa desde un mayor crecimiento económico a un mejor estado de salud de la población (causada por el efecto del ciclo de los negocios).
Los resultados apuntan a la existencia de un efecto positivo y altamente significativo del stock de salud medido a través de la esperanza de vida media de la población de los respectivos países estudiados sobre su producción agregada. Asimismo, son totalmente robustos al uso de medidas de esperanza de vida para la población de hombres y mujeres y para varios tramos de edad (al nacer, a los 40 años de edad y a los 65). Esto indica que la no inclusión de dicha variable entre las variables explicativas incluidas en la estimación de una función de producción estándar puede generar un claro sesgo de variables omitidas.
Además de los dos objetivos fundamentales ya indicados, que constituyen el núcleo principal de esta tesis, se aportan en un capítulo introductorio unas breves reseñas sobre el alcohol, el tabaco y la ingesta adecuada de frutas, verduras y grasas porque estas son las variables en el ámbito de la salud que hemos utilizado en nuestro estudio, sin olvidar al resto de nutrientes y su importancia para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Conocemos que el uso nocivo de alcohol y tabaco y la ingesta incrementada de grasas en general, sobre todo las saturadas y más aún las de tipo trans, inciden de forma negativa en nuestra salud. Por otro lado, la ingesta de frutas y verduras producen efectos beneficiosos y saludables en nuestro organismo.
En el “Plan de Acción Mundial para la Prevención y Control de Enfermedades no Transmisibles 2013-2030”, al que se hace referencia, indica que cuatro categorías de enfermedades, en concreto las cardiovasculares, las respiratorias crónicas, el cáncer y la diabetes, son las principales responsables de la morbilidad y la mortalidad por enfermedades no transmisibles y constituyen el objetivo prioritario de este Plan de Acción. Estos cuatro tipos de enfermedades no transmisibles pueden prevenirse o controlarse, en gran medida mediante intervenciones eficaces que aborden factores de riesgo comunes, como el consumo de tabaco, la dieta malsana, la inactividad física y el uso nocivo del alcohol, así como mediante su detección precoz y tratamiento. Deja tu opinión:
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