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17-06-2019
El 30% del aumento de la obesidad infantil se concentró en la población con menos renta
- Según un estudio de la Universidad de Cantabria presentado en las XXXIX Jornadas de Economía de la Salud en Albacete
- Otro trabajo revela que un ejercicio físico moderado y continuado a partir de los 45 años ahorra costes al sistema sanitario
BARCELONA, 17 DE JUNIO || La obesidad infantil se concentra en la población más pobre, según un estudio presentado en las XXXIX Jornadas de Economía de la Salud que se celebran esta semana en Albacete con el lema ‘La transparencia es saludable: la importancia de la rendición de cuentas en Sanidad’
Se trata del trabajo titulado ‘A vueltas con las desigualdades socioeconómicas y su efecto en la obesidad de la población española’, elaborado por los investigadores Marta Pascual, David Cantarero y Paloma Lanza, de la Universidad de Cantabria, constata
Y constata un “aumento muy preocupante” de la obesidad, según datos la Encuesta Nacional de Salud, con “diferencias enormes entre comunidades autónomas” y un claro factor de renta en las desigualdades.
“Los que menos renta tienen y sus descendientes están teniendo una peor alimentación, comiendo peor, comiendo más tarde, saltándose el desayuno y con mayor consumo de snacks y comida basura”, explica el profesor de Grupo de Investigación en Economía Pública y de la Salud de la Universidad de Cantabria (UC)
Cantarero recuerda, como apuntaba la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar en funciones, María Luisa Carcedo, que “la obesidad infantil es una de las preocupaciones clave que tiene nuestro país”.
Por lo que propone “empujoncitos” en políticas públicas, con “medidas que no costarían tanto dinero y que serían coste-efectivas”.
Como ejemplo, plantea “evitar que en los colegios haya máquinas de vending con ese tipo de alimentos”. “No se trata tanto de prohibirlo, como de hacer que sea más difícil conseguirlo”, enfatiza este experto en economía de la salud.
EL EJERCICIO MODERADO Y CONTINUADO A PARTIR DE 45 AÑOS GENERA AHORROS AL SISTEMA DE SALUD
Otro estudio presentado en estas jornadas por el mismo investigador aporta nueva evidencia sobre los beneficios de un ejercicio físico “moderado pero continuado en el tiempo”, no sólo para la salud individual sino en forma de ahorros para el sistema de salud, sobre todo en grupos de mediana edad en adelante, a partir de los 45 años.
“Lo que encontramos es que aparte de aumentar el bienestar y la calidad de vida de las personas que responden que lo hacen, reducen la utilización sanitaria”, asegura Cantarero.
Así, se han detectado dos reducciones en el consumo de recursos sanitarios, al reducir las visitas al médico de cabecera, pero sobre todo con una disminución de las visitas y estancias hospitalarias en comparación con las personas de la misma edad que no practican ejercicio
En este sentido, la comparativa refleja que los ahorros más importantes se producen en la reducción de visitas y estancias en centros hospitalarios, porque mientras una visita en Atención Primaria puede costar 50 euros, en el hospital puede elevarse el coste hasta los 500 euros, lo que supone 10 veces más”, explican los investigadores.
Por este motivo, Cantarero plantea políticas encaminadas a la promoción de la actividad física, a través de los “nudges”, subvenciones o deducciones que activen a las personas para que hagan ejercicio, o con planes específicos para el grupo de personas de 45 o más años, donde se demuestra que se reduce la utilización sanitaria y supone un ahorro para el sistema.