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17-06-2019
El porcentaje de funcionarios que eligen aseguramiento público ha crecido un 6% en la última década
- Un estudio presentado en las XXXIX Jornadas de Economía de la Salud lo relaciona con el envejecimiento del cuerpo de funcionarios de la Administración General del Estado
- Y con la selección del riesgo: los más graves eligen la pública para tratamientos más caros, mientras que los más sanos evitan demoras y acceden directamente en la privada a las consultas de especialista y pruebas diagnósticas
BARCELONA, 17 DE JUNIO || El porcentaje de funcionarios de la Administración del Estado que eligen el aseguramiento público a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) creció seis puntos, del 14 al 20%, en la última década, que es “muchísimo” según expertos en economía de la salud
Esto se debe a un factor de envejecimiento del cuerpo funcionarial, a lo que se añade la selección del riesgo: los que tienen peor salud o requieren tratamientos de enfermedades más graves eligen la atención en el sistema público, mientras que los más sanos seleccionan la atención privada (que tiene financiación pública a través de MUFACE).
El estudio, titulado ‘El misterio de MUFACE: ¿Selección por riesgo o empeoramiento de la calidad percibida?, elaborado por los profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Beatriz González López-Valcárcel y Jaime Pinilla, aborda la situación de dos millones de funcionarios que pueden elegir aseguramiento público o privado.
Un trabajo que se ha presentado en las recientes XXXIX Jornadas de Economía de la Salud, organizadas por la Asociación de Economía de la Salud en Albacete y que arroja dos conclusiones principales y relacionadas.
En primer lugar, destaca el envejecimiento del colectivo de funcionarios “porque han entrado muy pocos nuevos, pocos jóvenes por debajo, y por lo tanto los funcionarios se hacen mayores”, advierte la catedrática González López-Valcárcel.
Pero vinculado al envejecimiento, lo que está ocurriendo sobre todo es que hay una selección de riesgos, por la que los funcionarios más sanos, aquellos que precisan tratamientos de poca complejidad “tienden a irse a la privada”, porque les facilita el no tener que esperar: “no tener pasar por el filtro del médico de cabecera y hacer “shopping” de consultas de especialista sin filtro, que es más cómodo”, subraya la profesora de la ULPGC.
En cambio, aquellos funcionarios que tienen programas graves de salud, los que presentan una mayor comorbilidad, con enfermedades crónicas o cáncer, que son enfermedades más caras, “se van a la pública”.
Así, con datos desde 2006, estos investigadores han detectado una subida en la elección de cobertura pública por los funcionarios de seis puntos, que es “muchísimo”.
“Tradicionalmente los que elegían la pública suponían un 15% o menos, frente al 85% o más que seleccionaba la atención privada”, remarca Beatriz González, pero en diez años los funcionarios que eligen el INSS han pasado del 14 al 20%.
A su juicio, estos datos podrían tener “mucha repercusión de cara a las políticas”, porque “hay un lobby machacando con que “modelo MUFACE” (elegir aseguradora con cargo a los presupuestos públicos) es superior, y que debería ofrecerse al conjunto de la población”, con el argumento de que el asegurado medio de MUFACE que elige la privada “gasta menos” que el que elige el INSS.
Sin embargo, al introducir en la ecuación los riesgos que atienden uno y otro modelo de aseguramiento, se “desmonta absolutamente” el argumento, porque en el INSS están “los malos riesgos”, aquellos que “gastan mucho porque tienen peor salud”, mientras que en la privada están los más sanos que son “los más baratos de atender”.