Economía y salud
BOLETÍN INFORMATIVO - Año 2010. Febrero. nº 67
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Recordatorio Jornadas AES 2010

Acto de imposición de Condecoraciones de la Orden Civil de Sanidad



Felix LoboPalabras del Prof. Félix Lobo en representación de todos los condecorados

Salón de actos del Ministerio de Sanidad y Política Social
Madrid, 22 de diciembre de 2009

 

 

Sra. Ministra de Sanidad y Política Social, Sra. Subsecretaria, Sres. Secretarios Generales, Sr. Presidente de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición, Sr. Vicerrector y Sr. director del Instituto de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid. Ex ministros, amigas y amigos todos: Me han confiado la tarea y el honor de pronunciar unas palabras en nombre de los premiados, palabras que sólo pueden ser de gratitud.
Sin embargo, entre los distinguidos hay dos que realmente nada tienen que agradecer, ni siquiera después de recibido el galardón, pues la deuda de toda la sociedad para con ellos es tan grande que no creo que podamos pagarla ni con altas condecoraciones del Estado. Me refiero, en primer lugar, claro está, a la Doctora Doña María Eugenia Moreno Martínez, desaparecida en trágicas circunstancias, en acto de servicio, de servicio en primera línea de la asistencia sanitaria a sus enfermos, en su centro de salud de Moratalla.
Por su parte, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad, (CERMI por sus siglas) es, lo digo con conocimiento de primera mano, una institución ejemplar que ha promovido la cooperación entre las asociaciones de las personas con discapacidad y sus familias y de éstas con los poderes públicos. Agrupa a más de 5.000 entidades, que representan a tres millones y medio de personas. Una buena parte del mérito de la Ley de Dependencia, el cuarto gran pilar de nuestro Estado del Bienestar, es atribuible al CERMI.
En nombre de Pedro Capilla puedo decir que, con sus muchos y dilatados merecimientos adquiridos por su trabajo en favor de la profesión farmacéutica, está emocionado y agradecido. Pedro, convendrás conmigo que éste es hoy un gran país. Después de habernos peleado tanto, hoy, por avatares de la vida, coincidimos aquí amigablemente y premiados por las mismas manos.
El Balneario de Fitero cumple cien años y sé que agradece cien veces la condecoración.
Todos los demás – hombres y mujeres - también queremos expresar nuestra gratitud. Estamos agradecidos porque, en un cierto sentido, por ser funcionarios y particularmente los altos cargos, no nos merecemos las condecoraciones que la Ministra y el Gobierno nos han conferido. Somos servidores públicos y no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber. Ya fue gran distinción que la comunidad nos confiara la gestión de los asuntos públicos.
En otro sentido, es verdad que todos empeñamos toda nuestra energía, inteligencia y tesón por servir esforzadamente a la comunidad, al Estado, y desmentir, un poco, al Ingenioso Hidalgo cuando dijo que “los oficios y grandes cargos no son otra cosa que un golfo profundo de confusiones”.
Fue éste un empeño, a veces duro y en ocasiones tenso, porque al funcionario de sanidad responsable, no le abandona la conciencia de que la salud y la vida de muchas personas penden de sus decisiones.
Así pues, nos sentimos enormemente gratificados porque nuestro trabajo haya sido recompensado, por quienes nos gobiernan y por nuestros colegas. Porque sabemos que muchas veces, infelizmente, el trabajo bien hecho no se reconoce y queda arrumbado, en la consideración del jefe o de la comunidad, en el mismo cajón que el trabajo descuidado, insuficiente o perezoso. Nosotros hemos tenido mayor fortuna.
También me consta que todos los premiados nos esforzamos por mantener el rumbo del Sistema Público de Salud, buque insignia de nuestro Estado del Bienestar. Con la visión de un Ministerio de Sanidad (al que se le ha unido, con acierto, la Política Social –MSPS-), no necesariamente grande, pero sí fuerte y con liderazgo, precisamente porque nuestro sistema constitucional al haber transferido la asistencia sanitaria a las CCAA, así lo exige.
Fortaleza y liderazgo son también necesarios en las funciones de regulador que el MSPS comparte con la Unión Europea y con las CCAA. Para mantener la necesaria disciplina de los mercados y de las profesiones y porque si disminuimos el tabaquismo, el alcoholismo y la obesidad nuestros conciudadanos serán más felices y haremos viable el sistema sanitario del futuro.
Concluyo ya afirmando, que como le aconsejó don Quijote a Sancho Panza, antes que fuese a gobernar la ínsula, no atribuimos a nuestros merecimientos la merced recibida, sino que damos gracias al cielo, que dispone suavemente las cosas, y después las damos a la grandeza que en sí encierra la profesión de la caballería andante, que para nosotros ha sido y es la de funcionarios públicos.


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Editora de redacción: Ana Tur Prats
Comité de redacción: Laura Cabiedes, David Casado, Josep Fusté, Juan Oliva, Salvador Peiró, Jaime Pinilla, Oriol de Solà-Morales y Manuel García Goñi
Han colaborado en este número: Estanislao Arana, Ferran Catala-López, Patricia Cubí-Mollá, Carmen Delia Dávila Quintana, Juan Gervas, Beatriz González López-Valcárcel, Sergi Jiménez-Martín, Félix Lobo, Victoria Serra-Sastre, Cristina Vilaplana Prieto.