La Atención Sanitaria no presencial, una realidad

El 8 de junio se celebró una reflexión abierta en la modalidad “en remoto” dadas las circunstancias marcadas por la pandemia COVID-19, organizada por la Asociación de Economía de la Salud y en la que, a través de una Mesa de Debate, se han compartido experiencias a partir de resultados de estudios actuales sobre el estado de situación y perspectivas de futuro de los Modelos de Atención Sanitaria No Presencial en nuestro contexto sociosanitario. Se ha hecho incorporando una visión multidisciplinar desde la perspectiva del paciente, clínica, gestora, académica y de las sociedades profesionales.

He tenido el privilegio de moderar a unos ponentes extraordinarios como son: María Gálvez Sierra, directora general de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes. Esta plataforma reúne a 29 organizaciones de ámbito estatal y 1.400 asociaciones, en las que hay más de 585.000 asociados, 70.500 voluntarios y 11.000 trabajadores, y que con estas cifras que la avalan y su conocimiento y trayectoria, nos ha dado la visión de los pacientes. La perspectiva clínica nos la han dado dos profesionales sanitarios que han tenido la amabilidad de compartir dos experiencias clínicas muy interesantes y que podrían y deberían servir de ejemplo para su implantación en otros entornos sanitarios; me refiero a Olga Merino Ochoa, especialista en gastroenterología, que ha abordado el “Estudio de atención no presencial en pacientes con enfermedad inflamatoria del Hospital Universitario de Cruces” de Osakietza, y Joan Montaner Villalonga, Coordinador del Plan Andaluz de Atención al Ictus y  Jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario Virgen Macarena en  Sevilla, que nos ha ilustrado con la “Experiencia del Centro Andaluz de Teleictus”. Y para finalizar, contamos con la visión gestora a cargo de Jordi Martínez Roldán, director de Innovación y Transformación Digital del Parc de Salut Mar en Barcelona, y en concreto, sobre la “Experiencia de atención no presencial en PSalutMar”.

Esta Mesa de Debate GestiónAES está grabada en su integridad (vídeo al final) y les aseguro que el tiempo que dura, 1h30 minutos, a mí se me pasaron muy rápidamente dado lo interesante del debate y los resultados de las diferentes experiencias compartidas. En mi papel de moderador tuve que guardarme para otra ocasión varias preguntas que me hubiese gustado hacer y dado que el Blog Economía y Salud me permite acercarme a través de estas líneas a sus lectores, así lo hago con el único objetivo de compartir algunas reflexiones.

Comenzó María Gálvez, reconociendo el escaso y limitado uso de la teleconsulta, que con la llegada de la pandemia “pasamos de 0 a 100 y en muy poco tiempo, tanto los profesionales como los pacientes nos vimos superados y pasamos de la atención presencial a la no presencial con escasos recursos, sin protocolos establecidos, sin formación por ambas partes y esto ha tenido un impacto en los pacientes”, que concreta en:

  • retrasos en citas y pruebas diagnósticas por dificultades a la hora de contactar con los pacientes y estos con los centros sanitarios; y
  • carencias en el seguimiento debido a falta de costumbre por ambas partes y empeoramiento en las cifras de adherencia al tratamiento y seguimiento de los pacientes, algo fundamental en los pacientes crónicos, que son a los que María se refiere en su intervención, ya que estos factores impactan en su calidad de vida y en su salud.

En la primera ola de la pandemia desde la Plataforma de Organizaciones de Pacientes se ha realizado un estudio sobre el impacto de la misma en las personas con enfermedades crónicas, observando que el 74,7% de los pacientes fueron atendidos a distancia, mayoritariamente por teléfono (54,3%), por correo electrónico un 16% y sólo un 2,5% mediante teleasistencia, y lo que constatan estos datos es que no estábamos preparados para abordar esta situación. En la segunda ola, la mitad de los pacientes encuestados manifestaba que las consultas se realizaron de manera mixta en un 45,5%, y un 27,5% fueron de forma exclusivamente presencial, aunque se observa un pequeño cambio de tendencia.

Como pacientes les preocupan aspectos de la consulta no presencial, como son: su acceso, la seguridad, la privacidad, el equilibrio en el marco de las relaciones entre paciente y profesionales sanitarios y si la consulta virtual va a sustituir por completo a la presencial.

María concluyó que la consulta presencial no debe de olvidarse de poner a la persona en el  centro, responder a las necesidades de los pacientes y su situación personal, segmentar y ajustar procesos a los diferentes colectivos y necesidades, fomentar la atención multidisciplinar, y favorecer las relaciones entre profesionales sanitarios y pacientes, buscando la corresponsabilidad y la participación efectiva de los pacientes, a título individual o a través de sus representantes en los procesos de diseño, implantación y seguimiento, lo que significará una garantía de éxito.

A continuación, Olga Merino, aportó su visión clínica desde una unidad que atiende pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Olga reconoce que desde el primer momento de la pandemia tocaba readaptarse con urgencia, en cuanto a espacios, profesionales y formas de trabajo. Su primera reflexión fue que independientemente de todo lo anterior, tenía que seguir haciendo una “asistencia clínica completa” con una mayor dedicación al acompañamiento al paciente en un entorno de gran incertidumbre. Además, hay que tener en cuenta que son pacientes crónicos e inmunosuprimidos, lo que significa que reciben habitualmente varios fármacos que bajan las defensas, por lo que se añadía el miedo a la situación y era fundamental que este no ganase y que los pacientes siguieran tomando su medicación, porque en caso contrario retrocederían años en el control de su enfermedad.

El paso a consulta telefónica, según sus propias palabras “ha sido una experiencia satisfactoria” para todos, pacientes y profesionales sanitarios, y desde el primer momento se enfocó como un proyecto de investigación, destacando entre sus objetivos específicos los seis aspectos que han permitido evaluar la atención telefónica: satisfacción, comprensión, resolutividad, accesibilidad, carpeta salud y atención telefónica, además de identificar el perfil del paciente más proclive.

Merece la pena conocer en detalle el proyecto, del que extraigo entre sus conclusiones que:

(i) no debemos opinar sin datos, hay que preguntar al paciente;

(ii) el camino es la omnicanalidad que ya pide el paciente y por ello hay que trabajar más en a quién, cómo y cuándo utilizarlo.

Siguiendo con la visión de los clínicos, tuvimos la oportunidad de conocer la experiencia del Centro Andaluz de Teleictus (CATI) de la mano de Joan Montaner. El ictus está cada día más presente entre nosotros y afectará a uno de cada cuatro personas, y tras diferentes datos que confirman lo anterior me llamó la atención ver por escrito algo tan rotundo como que: “la falta de implantación y desarrollo de la estructura en red formada por equipos, unidades y unidades de referencia, y la ausencia de un protocolo de derivaciones, para la atención a una enfermedad altamente tiempo dependiente, perjudica a los ciudadanos alejados de los grandes núcleos urbanos con hospitales de referencia que disponen de todos los recursos”, una realidad a la que ellos han puesto solución.

A través de su exposición ha desglosado cómo han implantado un plan que permite la atención de 1.000 pacientes nuevos cada año, de los que el 30% reciben tratamientos de reperfusión, lo que significa beneficio para los pacientes y sus familias, pero también para el sistema sanitario, ya que además de atender adecuadamente a estos pacientes, están observando una reducción de costes asociada a su implantación, que cuantifica en 1,8M€ en fase aguda-subaguda (corto plazo) y 12M€ en la vida del paciente (largo plazo).

Y para terminar la Mesa, contamos con la visión del gestor a través de Jordi Martínez, que compartió su experiencia de atención no presencial en Parc de Salut Mar (Hospital del Mar) materializada a través de un estudio que partió de una encuesta a 1.167 pacientes y 235 profesionales sanitarios y que, tras una cuidada y completa metodología que tuvo a bien explicarnos e invito a visionar, les permitió concluir los atributos clave de esta atención no presencial y que son:

  • fácil y accesible (asegurar que su uso sea sencillo para todos los usuarios: profesionales sanitarios y pacientes);
  • empático y adaptado al paciente (diseñar la teleconsulta pensando en el paciente y sus necesidades);
  • consciente y comprometido (asegurar que se entiende, respeta y cumple con la organización definida);
  • protocolizado y formateado (establecer una forma óptima de trabajar que permita un buen uso de la teleconsulta);
  • actualizado (mantenga el modelo actualizado y todos los aspectos relacionados para un mejor funcionamiento); y
  • seguro y protegido (garantizar la protección de los datos del paciente y su confidencialidad).

En su última intervención, los ponentes concluyeron que estamos ante un cambio de procesos, del espacio en el que actuamos que también es diferente y lo importante que son las personas, tanto pacientes como profesionales. Además, hubo una invitación abierta a los profesionales y pacientes a sumarse al potencial de las nuevas tecnologías dado el beneficio que supone para todos, reconociendo que hay mucho por hacer todavía y para ello se ha de tener mente abierta ante la transformación que se debe hacer, manteniendo la calidad en la atención sanitaria.

Esta Mesa de Debate GestiónAES está grabada en su integridad y puede visionarse en el canal de YouTube de AES:

 

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

code